jueves, 6 de octubre de 2011

Filosofía

Nuestro Centro ha contribuido a formar un importante número de profesionistas, a través de un modelo que nos distingue del resto de las instituciones educativas del país.


La filosofía institucional constituye el marco conceptual que inspira nuestro quehacer cotidiano; expresa nuestros valores esenciales, nuestro propósito fundamental  y la aspiración de colaborar, desde el ámbito de la educación superior, al desarrollo de México. Expresa también nuestra concepción del mundo, del Estado, de la sociedad, de la empresa y de la familia. Representa lo que somos y lo que queremos ser como Institución, resume nuestra labor pero también nuestras aspiraciones, y constituyen el campo en el que deben coincidir nuestras ideas, nuestras inquietudes, nuestros compromisos y nuestros deseos de superación.

Los principios filosóficos educativos que enmarcan al Centro se encuentran guiados por los numerosos desafíos del porvenir, para nosotros  la educación emocional y la promoción de la psicoterapia constituyen un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y  justicia social. Quienes formamos parte de este Centro deseamos afirmar nuestra convicción respecto a la función esencial de la educación en el desarrollo continuo de la persona y las sociedades, no como un remedio milagroso, sino como una vía para el desarrollo humano  armonioso, genuino, para lograr la evolución de la conciencia humana.

En los albores de un nuevo siglo caracterizado por el ruido y la furia tanto como por los progresos económicos y científicos—por lo demás repartidos desigualmente-, ante cuya perspectiva la angustia se enfrenta con la esperanza, es imperativo que todos los que estamos investidos de alguna responsabilidad educativa, prestemos atención a los objetivos y a los medios de la educación.  Por lo que en nuestro Centro enunciamos el concepto de educación  como un proceso permanente de reflexión crítica y enriquecimiento de los conocimientos, de la capacidad técnica, pero también, y quizás sobre todo, como una estructuración  privilegiada de la persona y de las relaciones entre individuos, entre grupos y entre naciones.

En resumen,  es necesario  abrirnos a un proceso de indagación, reflexión y descubrimiento, con el fin de integrar equilibradamente los aspectos psicológicos y emocionales que así lo requieran, según corresponda a cada individuo y/o comunidad, promover  la comprensión y el bienestar real a través de la resolución de conflictos, redefiniendo situaciones y creando nuevas perspectivas para abordar los problemas. Crear estrategias que incrementan la capacidad de evitar sufrimiento inútil frente a las exigencias de la vida, para alcanzar altos niveles de salud psicológica y emocional.

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